Hemos entendido estos últimos
días en clase el significado del concepto de “política cultural”. Por su propio
nombre y teniendo en cuenta la palabra “política”, podríamos relacionarlo
directamente con el conjunto de acciones que se pueden hacer desde organismos
públicos, pero si hacemos un análisis más íntegro del concepto podemos llegar a
ver que no solo se centra en las prácticas que se realizan en los organismo
públicos, sino que se debe añadir el significado de la palabra “cultura”,
entendiéndola como un mundo de símbolos que comparte una comunidad.
Por lo tanto, desde el punto de vista de un/a Educador
Social o un Tasoc, las políticas culturales se entienden como esas acciones que
tienen como principal objetivo mejorar
la calidad de vida de las personas.
Pero desgraciadamente, hoy en día
y a consecuencia de la situación económica que atravesamos, es difícil mantener
la posición de las políticas culturales, puesto que en la mayoría de los
ayuntamientos los valores o prioridades
que tienen y a los que consideran que se debe destinar la economía con la que
cuentan están muy lejos de las necesidades educativas, culturales y sociales
que tienen los ciudadanos.
A continuación, y a modo de
ejemplo de cómo se deberían tratar y gestionar las políticas culturales de
cualquier ayuntamiento, comentaré la experiencia que vivimos todos mis
compañeros de clase y nosotras en “Quart de Poblet” el pasado miércoles.
En Quart de Poblet, el objetivo
en el que se centran es el de “Educar en la ciudadanía”, en su proyecto no
tienen programadas unas actividades que puedan ofrecer a los jóvenes del
pueblo, sino que cuentan con una serie de espacios de los que pueden disponer
los jóvenes para realizar las actividades que ellos quieran organizar.
Para los responsables del
proyecto lo más importante es llegar a la gente y a partir de ahí ayudarles a
ser ciudadanos, y esto es uno de los puntos más difíciles, por lo que cuentan
con una metodología muy efectiva a la que ellos llaman “enamorar”, es decir,
para llegar a los jóvenes tienen que demostrarles lo importantes que son para
ellos y es ahí cuando se puede empezar a trabajar.
Cuando hablan de trabajar, se
refieren a un trabajo en red, es decir, que los jóvenes piensen cosas que son
interesantes para ellos y que las hagan con la ayuda de espacios que son
proporcionados por el ayuntamiento, pues este cuenta con 6 instalaciones
destinadas a la juventud.
En conclusión, lo que nos
quisieron transmitir en Quart de Poblet, es que sí que es cierto, que existe
una realidad en cuanto a la economía en la que se deben apoyar las políticas
culturales, muy significativa, pero lo que realmente debe importar son las
personas. Que sepan dialogar, que se trabaje la democracia haciendo democracia
y que todo esto se haga con la ayuda y el acompañamiento a los ciudadanos por
parte de los Educadores Sociales, Animadores Socioculturales, etc. Pues con la
ayuda de estos profesionales y fomentando la participación por parte de la
ciudadanía con muy poco dinero se puede hacer una muy buena política cultural.
Hasta muy pronto...
Nekane